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Marina Tsvietáieva – La cita y otros poemas

A MIS VERSOS ESCRITOS PRONTAMENTE,

cuando no sabía que yo era poeta,
surgiendo como chorros de fuente,
como chispas de cohetes violetas,

diablillos irrumpiendo a su suerte
en el santuario en incienso dormido,
a mis versos de juventud y muerte
– ¡versos por nadie leídos! –

(¡que nadie compró, ni ha comprado!),
dispersos en el polvo de las librerías,
a mis versos, como a los vinos preciados,
les llegará su día.

(Mayo de 1913. Koktebel)

POEMAS PARA BLOK

Tu nombre – pájaro entre los dedos.
tu nombre – en la lengua grano de hielo.
Un solo movimiento de los labios.
Tu nombre – de letras cuatro.
Bolita en la huida atrapada.
En la boca campanita de plata.
Piedra al estanque silente arrojada,
que así sollozará: cómo te llamas.
Tal repiqueteo de cascos en la noche
atronadoramente retumba tu nombre.
Y lo nombra en las sienes el chasquido
del sonoramente metálico gatillo.
Tu nombre – ¡ah, imposible eco! –
tu nombre, en los ojos un beso,
en tierno frío de párpados leves.
Tu nombre – un beso en la nieve.
De la fuente, helado, azulado sorbo.
Con tu nombre – el sueño es hondo.

(15 Abril de 1916)

PACIENTE, COMO SE ROMPEN LAS PIEDRAS,

paciente, como a la muerte se aguarda.
Paciente, como maduran las nuevas.
paciente, como se mima la venganza.

Te esperaré (con los dedos trenzados –
como a la reina espera el amante)
Paciente, tal se esperan los versos rimados,
Paciente, como manos inquietantes.

Te esperaré (en la tierra la vista,
dientes sobre labios. Pasmo. Grava.
Paciente, como se alarga la dicha.
Paciente, como las perlas se ensartan.

Crujir de patines, responde el crujir
de la puerta; brama el viento de la taiga.
El escrito imperial llegó a venir:
cambio de poder, el dignatario tiene su entrada.

(Y en el mundo
no es de este mundo
mi mundo)

(27 Marzo de 1923)

INSINUARSE

Quizás la mejor victoria sea
sobre el tiempo y la atracción –
pasar sin dejar huellas,
pasar sin dejar sombra

en las paredes…

                                    Quizás ¿renunciando
vencer? ¿Quién del espejo se borra?
Así: como Lermontov en el Cáucaso
colarse sin inquietar las rocas.

¿Es quizás la mejor diversión
con los dedos de Sebastian Bach
del órgano no provocar el son?
Despedazarse sin dejar

cenizas para la urna…
                                    ¿Quizás, por engaño
vencer? ¿De toda latitud darse de alta?
Así en el tiempo tal océano
colarse sin inquietar las aguas…

(14 Mayo de 1923)

LA CITA

A la cita fijada
llego tarde. La primavera añado
además – llegaré canosa.
– ¡Tú la has fijado tan alto!

– ¡Hay que caminar años – no se estremeció
el gusto de Ofelia en el camino amargo!
Atravesar montes – y almiares,
atravesar almas – y manos.

– ¡Habitar la tierra largo! Caverna
– la sangre! Y cada gota – ensenada.
Pero siempre el torrente rueda –
la faz de Ofelia en la hierba amarga.

De aquella que, la pasión tragada, – ¡sólo
limo sorbió! – ¡Gavilla en trizas!
Yo a ti te amé en lo alto:
¡- en el cielo me enterré a mí misma!

(18 Julio de 1923)

DISTANCIA: MILLAS, LEGUAS…

nos dis- tribuyeron, nos dis- persaron,
para que cada uno estuviera callado,
en dos rincones diferentes de la tierra.

Dis- tancia: lejanías, leguas…
Nos des- pegaron, des- soldaron,
las dos manos nos separaron, crucificados,
y no sabían que esto – son ligazones

de inspirados y los tendones…
no se malquistan, – diseminados,
diferenciados …
                                    El muro, barrancones.
Como águilas – distanciados –

conspiradoras: lejanías, leguas…
no desolados – extraviados.
En los tugurios de toda la amplia tierra
nos metieron como huérfanos.

¡¿El cuánto – pero el cuánto – de marzo?!
¡Como baraja de carta – nos desbarajaron!

(24 Marzo de 1925)

Sobre Marina Tsvietáieva

MARINA TSVIETÁIEVA (1892, Moscú). Vivió en Rusia hasta 1922, año en que emigró a Occidente para reunirse con su marido, entonces oficial de la Guardia Blanca. Vivió primero en Praga y luego en París hasta 1939. De regreso en la Unión Soviética fue víctima de una hostilidad total, y en 1941 puso fin a su vida.
Su obra, una de las más destacadas de la literatura rusa de este siglo, es una espaciosa estructura de poemas, ensayos, relatos, cartas y diarios, entre los que cabe destacar El poema de la montaña y El poema del fin (1924), Relato de Sóniechka (1937), Indicios terrestres (1917-1919) y El poeta y el tiempo (1932), un volumen de ensayos publicado por Anagrama en su colección Argumentos.

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