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Adoración a la luna – Julio Sandoval Berti

Foto: Full moon + sunsets by Faria

Adoración a la luna

Mi hija adora la luna.
Y cuando digo que la adora
quiero decir esencialmente eso.

Mi hija la adora
hace rituales con las manos
alza los brazos eleva plegarias
quiere ir hasta el confín allá
donde está la luna.

Me toma de la mano
me empuja hacia la luna
quiere que vayamos juntos a ver
cómo es flotar sobre la ciudad
por esa delgada pátina blanca
que tienen los edificios lejanos.

Mi hija la adora por razones quizá
distintas a las mías.
Pero mi hija y yo nos parecemos.
Somos dos gotas de la misma agua
de bendecir el mundo y sus maravillas,
y por eso adoramos a la luna.

Pero no podemos ir hasta allá,
—le digo—. Aunque no lo parezca
aunque creas que está cerca
que la vas a tocar con la yema de los dedos,
cada vez que te acercás ella se aleja,
se va un poco más allá.

Es inalcanzable para mí —le digo—.
A lo mejor algún día vos sí la toques,
y aunque arranquemos ahora
nunca vamos a poder llegar hasta allá.

Pero entonces la tomo de la mano:
¡Vamos, vamos! —le digo—.
Caminemos hasta la luna. Y despacio
empezamos a ir hasta la luna.

Porque yo sé —pero esto no se lo digo—
que toda esa distancia que me separa
que toda esa distancia que se abre
entre la luna y yo cuando avanzamos
es la misma que se desvanece
entre ella y yo cuando cantamos
y vamos caminando hasta la luna.

J.S.B.

 

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