Press "Enter" to skip to content

Cuando fuimos punks – Agustín Guambo

Foto: Arte urbano de IZREAL

No sé si en Ecuador se festeja el “Día de la primavera” como acá en Argentina. Es probable que sí porque ese día recibí de regalo unos poemas que venían de un autor ecuatoriano: Agustín Guambo. En Argentina a veces prestamos más atención (y esto es una hipótesis, no una afirmación) a los poetas chilenos y uruguayos, que a los de más al norte. Pero hay muy buena poesía en toda américa. Y en general —como el caso de Agustín— no están alejadas de las cosas que se escriben por acá.

La poesía en español es más homogénea de lo que creemos en todo el continente. Incluso en la poesía norteamericana y también en su música —ahora que están surguiendo muchos poetas y cantantes de origen latinoamericano allá— noto que ellos empiezan a intercalar cada vez más versos en español; así como nosotros intercalamos cada vez más versos en inglés en nuestros poemas y canciones. Agustín, además, intercala también algunos versos en, ¿quechua? Me parece una mixtura grata y sorprendente. Pienso que con el tiempo en todo el continente se hablará la misma lengua, una deribada del inglés y mezclada con el español y también con palabras que sobrevivan de los lenguajes originarios del continente. En esa construcción de una lengua americana me parece fundamental el trabajo de poetas como Agustín, que no dejaran que olvidemos esas palabras en quechua, en guaraní, en tewelche, que suenan tan bien en sus poemas.

También hay una mixtura de culturas en la poesía de Agustín Guambo. En américa los poros poéticos son más grandes, mucho más permeables que los europeos. Nosotros, que en su momento nos dejamos permear por la cultura española y portuguesa que se instaló en el sur de américa, ahora nos dejamos permear por la cultura que viene de los países de más al norte; y que a su vez, se había dejado permear por la cultura anglosajona y gala que se instaló en Estados Unidos y Canadá. Ahora lo anglosajón tiende a bajar y lo latino tiende a subir. Así que esa mixtura está en proceso de homogenización y terminará decantando en una lengua y cultura americana. Este proceso es diferente a lo que ocurre con el español de Europa, porque allá, por ejemplo, el cine tiene que ser traducido al español y no está permitido ver películas en idioma original. Debido a esa resistencia a dejarse permear por otras lenguas es que los españoles pronuncian muy mal el Inglés. Casi como mi mamá, que cuando fuimos a Miami tenía grandes dificultades para decirle al taxista que nos lleve a “Coconut Grove”. Y el taxista miraba como diciendo: “No le entiendo bien, señora”.

La poesía de Agustin es punk pero también está embebida y embarrada en el amor a la tierra y la naturaleza de los pueblos originarios. Pero para no explayarme demasiado, aquí les dejo sus poemas:

 

CUANDO FUIMOS PUNKS

Vi un país desnudo
miradas y trincheras
Un desierto oculto
en cada ser en cada primavera

–Domo, Después de la tormenta–

Verano del 99

La ciudad agitándose amargamente bajo un sol manchado
Sobre el horizonte cuerpos mestizos quebrándose igual que estrellas
negras
entre la sed de las aves averiguamos muy pronto
que Nada había debajo de las sombras de nuestros padres, solo llanto y hambre
¿De quién eran los pedazos de carne que caían de nuestras manos por la noche?
¿De quién el llanto que conteníamos entre estos aindiados vientres?
¿De quién los párpados brunos que, día a día, se hundían igual que esclavos viejos,
devastados y en silencio, sobre el smog y el caos?
Nuestros pies danzaban salvajes negándose a morir sin antes haber
delirado o al menos herido, un poco, el pecho de la miseria

He aquí las mariposas blancas de nuestra memoria alimentándose de las cicatrices
de úteros de madres indiasmestizas urbanas

He aquí el dolor de la vida cercenando con vergüenza la carne después de nueve meses

La luz de nuestra sangre poco a poco se seca y hoy
hay sed de vejez en nuestros cuerpos hay sed amor
en nuestros cuerpos

Ahora recordamos cuando nuestros corazones corrían libres
por la hierba brillando como la primavera
sobre los lomos de las bestias

Verano del 99.

a ti te saludo hermano,
quien quiera que seas, donde quiera que estés,
a ti que sueñas entre ciudades paralizadas por el capitalismo y el frío,
a ti que caminas con las manos doloridas y secas,
a ti hermano y hermana
que no tienes cómo pagar tu alquiler cada fin de mes,
que te cuesta conseguir empleo y vagas por las calles
mientras el hambre recorre tu casa, tu barrio, tu sangre, tus hijos
a ti que vives en ciudades donde la lluvia escasea
ciudades donde todo es un perpetuo exilio a la amargura
donde nada crece sin dolor y donde nadie huye por miedo al silencio

a ti también te saludo
país de la infancia, país del naufragio
donde nada detiene el transcurso del tiempo que todo lo mutila
a ti también te beso con la inocencia del fuego quemando en mis labios

Verano del 99.

Conservábamos pequeños fragmentos de amor
regados en habitaciones redondas
donde nos desnudamos suplicantes,
para un cuerpo o para otro,
esperando encontrar
entre su carne curtida el aroma de la vida

país de la infancia, país del naufragio

te recuerdo en aquel verano del 99
cuando comenzamos a crecer en silencio,
abofeteados por la pobreza humillados
por la melancolía

c a n t a n d o s a l m o s p u n k s p a r a n u e s t r o s d i o s e s p u n k s
padrepunk que estás en el pogo, santificada sea tu cresta, venga a nosotros tu ira y
melancolía, h á g a s e m i e r d a la v i d a y la muerte, así como nosotros nos hacemos
mierda en tu dulce abandono, no tengas miedo de darnos el pan nuestro de cada día;
dios Punk, eso sí, nunca perdones a los que nos
olvidaron

país de la infancia país del naufragio

donde las cometas, dios, dejaron de importar hace ya tanto tiempo
mientras el cielo se llenaba de aves sucias y ciegas que
se cagaban sobre nuestras plegarias

a ti te saludo
nuestro triste-cordero-mestizo
a ti que nunca te importamos,
a ti que tan solo nos diste pesadillas famélicas
y esta infancia que como un hueso
sobre un quemado horizonte se va secando
a ti que nos diste amigos narcotizados y magníficos
pero que murieron apenas pudieron hacerlo,
llenos de polución y coca en sus venas

A ustedes los saludo y beso, hermanos y hermanas proletarixs,
con la amargura de las flores arrancadas
que se marchitan en los hogares burgueses

Verano del 99.

en las noches nos reuníamos igual que una triste camada de enfermos
a atizar el fuego de nuestros corazones
con canciones de otros vagabundos con talento
(o punks alegres como les llamaba asdrúwal
a muchos otros que ardían con fe de niñxs en las calles)
lejos muy lejos de los edificios caros y sus luces de neón caras
lejos de la modernidad y su brillante embuste
tan lejos que nadie pueda escuchar el quebrarse de nuestra sangre
tan lejos que perciba nuestros cuerpos balancearse amputados
por una cuerda en el cuello
lugares donde se alzan al aire libre casas empobrecidas
semejantes a mastodontes famélicos,
casas donde las azoteas están llenas de perros desolados por la desnutrición,
casas donde nadie sabe que sus rostros avergüenzan al mundo
que su cópula avergüenza al mundo
casas creadas con paredes más frágiles que sus propios sueños
barrios marginales del mundo
a ustedes también los saludo, abrazo y beso.

Verano del 99.

poco a poco conocimos las drogas y sus rituales
en los parques de la ciudad
en las cantinas de la ciudad
en las azoteas de la ciudad
en los hogares pobres y ricos de la ciudad ésta se presentaba sensual y delicada
y cada vez que consumíamos
nuestra mente igual que un globo
llenándose de agua y harina
se iba deformando

Profesábamos que cada pinchazo era el mar bramando
solitariamente contra las rocas de nuestra piel
cada jalada hit yegua pase grillo bareto nos hacía sentir menos parias
más tristes, sí, pero menos crueles con nuestros padres y sus pesadillas

país de la infancia, país del naufragio

cuando comenzamos a consumir con otros amigos
juntábamos el poco dinero que les podíamos robar a nuestros padres,

¡pobres robando pobres!
y comprábamos la dosis
¡pobres drogando pobres!

país de la infancia país del naufragio

quemamos nuestras mentes, muchos años, bajo una desgastada lluvia,
en noches ancestrales que duraron mil años,
entre la lobreguez de pequeñas y apolilladas lunas
en una ciudad andina desgarrada y envejecida
por la prisa el dinero y el hambre
a ti también te saludo
riquezas ficticias
edenes privados
casas de placer
testaferros de la carne y el hambre
continentales señores de la miseria

Verano del 99.

incendiamos todo nuestro futuro sin miedo,
ya que no se le puede tener miedo a lo que no existe, decía marco,
nosotros somos la mierda de la mierda,
y alzamos el volumen de la radio
para que nadie escuche nuestro abandono
nuestra miseria nuestro dolor

éramos jóvenes y ya olíamos a fracaso, decía juanma,
con él supimos que la prudencia y el amor nunca van de la mano,
y que a veces el amor no es dios cosechando trigo y cebada en nuestros
vientres,
sino tan solo un tronco verde en el corazón
que no sirve para la hoguera menos para las polillas

Nadie nos dijo, ese verano del 99,
que todo estaba triste y confundido como nosotros en el mundo
y que nada nos quedaba más que alimentar la hoguera
con los cuerpos de nuestrxs amigxs y hermanxs

país de la infancia, país del naufragio

notábamos en esos años como iban murieron nuestros héroes,

¡nuestros más grandiosos héroes!
apretados por el sigilo de la luz,
contagiados por los desbocados espejismos de las aves,
llenos de esperanza y cubiertos de sal y miel
y los saludamos, ahora, con un beso en su suave boca
en este otoño milenario y azul…

Y a ti también te abrazo, saludo y beso
hermanos y hermanas que viven en las calles,
sucixs y desprolijxs
niñxs de la posguerra abatidos e incendiados por el sida y el amor
hombres y mujeres que tiradxs en las avenidas del mundo
gritan su ancestral y salvaje ternura
se ponen en peligro con el rostro lúcido y sonriente hacia la muerte
con el corazón desierto y estrujado,
igual que un cáncer salino
que nadie quiere curar
en este país de la infancia,
                                                país del naufragio…

 

 

ANATOMÍA DE UN KNOCKOUT

“los mejores nos ignoraron
los peores nos atormentaron
ahora la vida ha dado un vuelco”

-los krelboynes-

Tommy Morrison
Solía salir con chicas duras
Frecuentaba clubs nocturnos de poca monta
                                       despilfarraba el dinero
Noqueado al primer asalto en 1989
en su primera pelea como profesional

Golpeado por su padre con una antena de televisión
—Lo mismo que cientos de niños—
Por negarse a ganar el pan de cada día
con sus puños y la sangre de otros
No tuve un padre educado
                                               lamentaría tiempo después

Cinco veces campeón amateur de los pesos pesados de los Estados Unidos
—desde ahí las estrellas se ven tan hermosas diría años más tarde—

Ganador en dos ocasiones del premio Golden Gloves
Mismos que empeñó en Manhattan
una noche de cocaína y malas decisiones
Que lloró
                          peleó
                                                  y trastabilló

En las calles de las grandes ciudades desde que tiene memoria
Y que, en casa de su hermana, una tarde de navidad, intentó suicidarse
Mientras escuchaba a Little Richard maullar su conocido
Awop-Bop-a-Loo-Mop Alop-Bam-Boom
Tommy Morrison, noqueador de perdedores
Que aprendió con discriminación
soledad
                          insultos
                                                  persecuciones

A amar a los fracasados
A los humillados por la fortuna
A esos dioses de barro que, noche a noche,
caen indefensos en catres hediondos de homeless
donde los perros y las ratas viven sin vergüenza
unos a lado de otros

Tommy Morrison tigre herido por el miedo
Que envejece por las calles de New York
A la deriva del amor de los ángeles
bajo el desconsuelo de las estrellas
Me pide cinco dólares y me cuenta
que todo el tiempo tenía miedo de subir al cuadrilátero
Pero que más temor le reservaba a su padre
y a su antena de televisión.

 

EL CLUB DE LA PELEA

lo sé porque Tyler lo sabe…

Nunca han traducido mis poemas a otros idiomas
ni me han invitado a conferencias ni mesas redondas
donde se habla del futuro ido, de las palabras precisas
nunca he sido portada de una revista
ni mucho menos un referente de mi generación
tampoco me han llamado joven promesa, revelación, presagio
no llevarán mis poemas a la pantalla —menos mi vida—
a nadie parece interesarle mis libros, los miran a lo lejos, con desconfianza
no presentan sellos pomposos, ni epígrafes de los grandes maestros
no cuentan con prólogos llenos de recovecos donde el lector
quedará convencido de que este, sí este, es un poeta total
(aplausos)
los aplausos no llegaron,
solo esta oficina transparente desde la cual
puedo ver la forma en que la lluvia
golpea a las flores y considerar que
no está mal ser un cangrejo dormido
lejos de todo el absurdo ruido que los poetas inventan

 

SOBRE EL AUTOR:

AGUSTIN GUAMBO (Ecuador, 1985), Máster en Antropología (FLACSO) y en Estudios de la cultura con mención en Literatura Hispanoamericana (Universidad Andina Simón Bolívar). Ganador del II Premio Hispanoamericano de Poesía “Rubén Bonifaz Nuño” (México, 2014) y de la convocatoria Poetry in translation de Ugly Duckling Press (New York, 2018). Ha publicado POPEYE’s Sea (2014), Ceniza de Rinoceronte (2015), Primavera Nuclear Andina (2017), Andean Nuclear Spring (2019), Cuando Fuimos Punks (2019). Muchos poemas suyos han aparecido en antologías y revistas especializadas en poesía.

Sé el primero en comentar

    Deja un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *