Un tornillo se zafó de la silla
donde a diario escribo mis poesías.
Afortunadamente
lo descrubrí caído en el piso
al levantarme a buscar agua
para el mate.
Aproveché el viaje
y traje también el desatornillador
que tengo en la caja de herramientas
que viene con el kit de escritor.
Ajusté el tornillo y ahora
la silla donde escribo quedó
perfectamente.
Se zafó un tornillo
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