Press "Enter" to skip to content

Un poema no escrito – W. H. Auden

I
Mientras espero tu llegada mañana, me encuentro pensando Yo te amo: entonces viene el pensamiento: Me gustaría escribir un poema que expresara exactamente lo que quiero decir cuando pienso estas palabras.

II
Ante cualquier poema escrito por otro, mi primera exigencia es que sea bueno (quien lo escribió tiene una importancia secundaria); ante cualquier poema escrito por mí mismo, mi primera exigencia es que sea auténtico, reconocible, como mi letra, por haber sido escrito, para bien o para mal, por mí. (Cuando se trata de sus propios poemas, las preferencias de un poeta y las de sus lectores a menudo se superponen pero rara vez coinciden.)

III
Pero este poema que me gustaría escribir ahora no sólo tendría que ser bueno y auténtico: si ha de satisfacerme, también debe ser verdadero.
Leo un poema escrito por otro en el que el poeta se despide de su amada lacrimosamente: el poema es bueno (me conmueve como lo hacen otros buenos poemas) y auténtico (reconozco la “letra” del poeta). Entonces me entero, por una biografía, de que en el momento de escribirlo el poeta estaba mortalmente harto de la chica pero fingía llorar a fin de evitar herirla y provocar una escena. ¿Afecta esta información mi valoración del poema? En absoluto: nunca lo conocí personalmente y su vida privada no es asunto mío. ¿Se vería afectada mi valoración si yo mismo lo hubiera escrito? Así lo espero.

IV
No bastaría que yo creyera que lo que había escrito fuera verdadero: para satisfacerme, la verdad de este poema debe ser manifiesta. Tendría que estar escrito, por ejemplo, de tal manera que ningún lector pudiera leer Yo Te amo como si fuera “yo te amo”.

W. H. Auden


Publicamos aquí solamente un extracto con los primeros cuatro capítulos del poema, que consta de cincuenta en total.

Sobre W.H.Auden:

Wystan Hugh Auden, más conocido como W. H. Auden (York, 21 de febrero, 1907 – Viena, 29 de septiembre, 1973), fue un poeta y ensayista británico, nacionalizado estadounidense en 1946.

Sé el primero en comentar

    Deja un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *